NANA
En la ciudad costera de Dunkerque, en el norte de Francia, vive un gato especial llamado Nana. Desde que llegó a la vida de Téo y Manoa, la casa se llenó de risas, juegos y ternura.
Nana tiene un carácter único: es un gato divertido, siempre inventando travesuras. Le encanta esconderse en los lugares más inesperados, sorprender a todos con sus saltos y perseguir cualquier sombra que se cruce por delante. Sus ocurrencias hacen reír a la familia cada día, como si hubiera nacido con el don de alegrar corazones.
Pero además de juguetón, Nana es increíblemente tierno. Después de un día de juegos y aventuras, busca el regazo de Téo o Manoa para acurrucarse, ronroneando como si quisiera decir: “Aquí estoy, soy feliz con ustedes”. Con sus ojos brillantes y su manera de frotar la cabeza contra sus manos, les recuerda lo importante que es el cariño en las pequeñas cosas.
En Dunkerque, mientras el viento marino sopla entre las calles y los barcos entran y salen del puerto, Nana se ha convertido en el alma de la familia: un compañero fiel, gracioso y lleno de amor. Para Téo y Manoa, no hay duda: con Nana, cada día es una aventura divertida… y cada noche, una caricia de ternura.